Diré a los demás que no son humildes, es porque me molesta que publiquen sus logros y quienes son.
No me gusta que me den ordenes, pero si daré órdenes a los demás.
Todos los demás son culpables por mis desgracias o cualquier otra cosa, pero no reconoceré que soy culpable de la consecuencia por mis propias decisiones.
Evitaré a todo costo que los demás puedan surgir.
Crearé odio en el corazón de los demás, para que odien a esa persona que odio.
Sembraré discordia entre hermanos y entre a quienes vea ser felices.
Exijo esfuerzo a algunos para que los demás hablen bien de mí por el resultado que ellos tendrán.
Me burlaré de aquellas partes físicas en los demás que no me gustan en mi cuerpo.
Debatiré todas las conversaciones donde me vea confrontado.
Haré hasta lo imposible para que la gente no tenga un buen concepto de tí.
Crearé conflictos con mi entorno haciéndoles creer que son malos a quienes me rodean. Cuando esté en otro entonrno iniciaré diciendo que son buenos y dejaré pasar el tiempo para hacerles creer también que son malos.
Cuando me vea en confrontación atacaré a quien admiro, culpándole de mis decisiones.
Olvidaré la bendición de los demás, diré que nunca me han apoyado, para hacer ver a otros que no son buenos y que mi reacción es porque no tengo un corazón agradeceido.
Pediré prestado, disfrutaré de lo que me dan, y al pagar en lo acordado me estresaré por pagar... aunque eso al final me haga ser en el fondo del corazón irresponsable.
-Carlos Castillo Aguilar
"Pero los judíos, llenos de envidia, llevaron algunos hombres malvados de la plaza pública, organizaron una turba y alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo."
Hechos 17:5