Cuando aun siendo un niño tenía cientos de sueños que quería alcanzar, creo que desde muy pequeño mi personalidad organizada empezaba a florecer, porque planificaba cada cosa que quería hacer, agradeciendo en todo momento a Dios por eso. Sin embargo, conforme daba mis pasos sucedía lo que a todos nos sucede y es que no todo lo que queremos alcanzar lo vamos a lograr, pareciera que esto a cualquier soñador podría hacer que desvanezcan sus sueños, pero no es mi intención, sino más bien compartir contigo que lees una realidad de la que nadie puede escapar.
Mis anhelos cambiaban conforme crecía, y en la medida que maduraba me daba cuenta de algo, y es que para todas las cosas debía ser esforzado, y tenía que poner todo mi empeño para alcanzar mis sueños, todos, si todos mis sueños, pero volviendo al principio no todos logré alcanzar, pero lo hermoso de todo esto es que aquello que no alcancé fueron el motor para alcanzar aquellos que Dios sabe alcanzaría.
Muchas veces nos quejamos por lo que no tenemos y deseamos tener, reclamamos por aquello que quizás nos merecemos pero no logramos obtener, y la vida sigue su curso, por eso quisiera motivarte a que no bajes los brazos, y que aprendas a descubrir lo cierto y es que para quienes aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien.
Que increíble, es tan grande y perfecto el amor de Dios, que humanamente no podemos entenderle, conoce Dios que el pecado ha traido a esta vida tanta degradación, dolor y muerte, pero Él se ha encargado que al pasar por acá sus hijos sean bendecidos con todas las cosas, solo depende de cada uno de nosotros el entender eso y decidir caminar en lo que sabemos debemos avanzar.
Nadie dijo que sería fácil, ni tampoco que sería sencillo, hay que esforzarse, trabajar duro, hay que continuar en cada segundo de nuestras vidas buscascando tomar buenas decisiones.
Recuerda que Dios está a nuestro lado siempre, y que Él se ha encargado de poner en nosotros habilidades y herramientas para cumplir con nuestro propósito, debemos recordar siempre que nadie hará las cosas como solo cada uno de nosotros debe hacer.
No te apartes de su camino, sigue, continúa, avanza, porque hay mucho por hacer. Apoyémonos unos a otros para que podamos llegar todos a la meta, donde cada quien es campeón una vez que llega a la meta esperada, porque esa meta tiene el nombre de nuestro propósito.
Somos llamados a establecer caminos junto con Dios.
- Carlos Castillo Aguilar
Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
Salmos 119:105