Conforme el tiempo pasa, reconocemos en cada una de nuestras vidas el crecimiento emocional, el cómo las circunstancias buenas y malas nos han formado, lo cual determinan quienes somos hoy, lamentamos lo que pudimos hacer y no hicimos o lo que hicimos y no debimos, a todo esto se le ha llamado “vida de los hombres”.
Uno de los reyes que ha tenido Israel se atrevió a decir que todo lo que hay debajo del cielo es vanidad, ¿cómo se pudo haber atrevido a decir semejante verdad?, sabiendo que en ese momento (hoy en día es igual) habían tantas cosas que eran importantes para cada ser humano, seguramente fue criticado por eso, como podía ser que ese rey se enfocara en decirme que incluso por lo que me esforzaría es vanidad.
Pero pensando en esto, y tomando en cuenta que era un hombre ungido por Dios, puedo determinar que Salomón estaba poniendo en la balanza lo que tenemos hoy con lo que hay en el cielo. Al ver personas que fueron durante toda su vida ejemplo, y ver como morían igual que las demás personas, o a quienes no vivieron dignamente, pero se arrepintieron a lo último y Dios les perdonó.
Basta con imaginarse ver las cosas desde la óptica de Dios, para entender que esta vida es como un pestañeo en la eternidad, infinita en sí misma, pero que inicia desde que somos concebidos en el vientre de nuestra madre, por eso es que de este lado de la eternidad tenemos los días contados. Nuestro creador sabe cuál será el último segundo que viviremos.
Sin embargo, si tenemos una responsabilidad importante, y es que aunque moriremos vendrán otras generaciones que necesitan nuestro legado, conociendo este principio nos impulsa a pensar ¿Qué estamos haciendo con nuestras vidas?, ¿Estaremos viviendo de tal forma que somos canales de bendición para nuestros hijos?.
Vivir de forma equilibrada es reconocer que no nos llevamos nada, que somos creados para ser eternos, que todo lo de este mundo pasará, que estamos acá para marcar la vida de otras personas, que somos canales de bendición, y que Dios el creador de todo es el mismo ayer, hoy y siempre.
-Carlos Castillo Aguilar-
“Porque la suerte de los hijos de los hombres y la suerte de los animales es la misma: como muere el uno así muere el otro. Todos tienen un mismo aliento de vida; el hombre no tiene ventaja sobre los animales, porque todo es vanidad.”
Eclesiastés 3:19
“Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.
¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?
Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece.”
Eclesiastés 1:2-4