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La luz nunca se apagará

No comprendemos muchas veces el por qué la vida es como es; mientras crecemos nuestros días se acaban poque cada quien tiene sus días contados. Hay un Dios que controla todas las cosas, sin excepción conoce todos nuestros pasos, conoce la intención de nuestros corazones.

Querer levantarnos sobre su voluntad es simplemente convertirnos en la burla de cada uno de los ángeles caídos, porque ellos son quienes al oído del ser humano susurran la posibilidad de que podemos ser superiores a Dios. Sin embargo, del tamaño del creador así es todo lo que de Él es como por ejemplo su amor, misericordia y perdón. Entonces, es ahí donde generación sobre generación Él siempre se revela, sus hijos no morirán, serán eternos donde siempre podrán disfrutar su fragancia y diseño perfecto.

La tendencia de este mundo es caer siempre hacia lo más bajo, las direcciones de sus miradas es la autodestrucción, como si la consigna fuera destruir todo a su paso, no obstante en el ADN de los hijos de Dios está el ir contra la corriente, siendo así mismos una generación que marcará a los suyos y les convertirán en su propósito principal que es ser cartas abiertas a un mundo cada vez más pesado, cada vez más duro con los suyos, que aprovecha de cada quien su vulnerabilidad, que quienes creen tenerlo todo aman el engaño, el odio, el pecado.

Que diré a mi entorno sobre Jesús, que contaré a los demás de Él, será que con mi vida podría mencionar en silencio o con palabras que es real, y que esta vida no es lo único por lo que pasaremos, sino que hay millones de años esperando por nosotros, que conociendo Jesús nuestra realidad decidió venir en forma de hombre para vivir entre una generación que le daría muerte, para que pasando por eso llegase hasta el infierno mismo para establecer su soberanía por sobre toda la creación junto al Padre de las luces.

Respiremos su esencia, porque las palabras que han sido dadas retumbarán en la memoria eterna de quienes mueren sin Dios, y su mismo pecado les ha enviado a un lugar de muerte eterna.

Debemos correr a predicar su palabra, hay mucho más de Dios solo debemos entender que siempre podremos hasta con el silencio decirle a otros que el tiempo se acaba.

Olemos a eternidad, seguimos siendo la causa de agustia de los ángeles caídos.

La luz nunca se apagará porque no es nuestra, sino del Señor.

-Carlos Castillo Aguilar

Así nos lo ha mandado el Señor:

“Te he puesto por luz para las naciones, a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra.”

Hechos 13:47