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Busqué la maldad, el hoy no pasa

Estas son las palabras de alguien que ya no tiene acceso a la esperanza…

Cuando crecía siempre tuve la oportunidad de tomar dos caminos, aun sin conocer al creador de todo lo que existe. Caminaba en un tiempo donde los días pasaban, el futuro parecía cercano en algunos unos días y otros no, solo se trataba de vivir; sin saber de su misericordia siempre sabía cuando hacía lo malo y lo bueno, como si Él me hubiese dado la capacidad de saberlo sin siquiera conocerle. Como si su grandeza fuese tan grande que no necesitara de mí, debí ser yo quien tuvo que haberle conocido realmente y seguir sus estatutos.

Cuando niño mis padres asistían a una iglesia, era un lugar donde se reunían las personas que decidieron todos los días vivir un sí para Dios, renovando todos los días sus pensamientos, que aunque fallaban en algunos de sus actos, había algo que les hacía renovarse; nunca lo ví ni ya lo conoceré, ellos decían que se llamaba el Espíritu Santo.

Corrí a buscar lo que al día siguiente no existía, pensando que el futuro lo sería todo, desconociendo que esta vida era lo único que existía.

Aquello que calcomía mi consciencia era como el aire que respiraba, aunque no creía en Dios siempre estaba eso que me pertenecía, y que me hacía saber cuando el bien y el mal eran hechos por mí. Como si posterior a eso no pudiese tener escuza ante alguien que conocía mis pasos y la intención de mi corazón.

Me revelé contra mis padres, fui egoísta con mi familia, amé la envidia enojado por no tener lo que otros tenían, esas cosas que yo pude tener si hubiese sido diligente en mis decisiones.

Tengo temor por haber llegado al lugar donde estoy, no podré salir de acá, es un sitio de muerte, donde el gusano de la culpa no muere, porque constantemente me recuerda las oportunidades que tuve para ser diferente, lamento en mis entrañas lo que hice, me arrepiento por no tomar valor en las palabras de aquellos que si decidieron seguir sus pasos, seguir a Jesús.

-Carlos Castillo Aguilar

“Aterrados están los pecadores en Sion, el temblor se ha apoderado de los impíos. ¿Quién de nosotros habitará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?”

Isaías 33:14

“Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa.”

Hechos 16:31