De todas las herramientas dadas por Dios para una vida plena es el perdón, porque nos confronta con la verdad al exponernos a situaciones donde debemos enterarnos sobre nuestra vulnerabilidad y por qué no nuestra naturaleza caída, refleja en nosotros nuestra seguridad al pasar por momentos donde es importante reflejar templanza, reconociendo que hemos fallado y que entendemos sobre nuestros errores, el perdón nos ubica en que tan sólidas son nuestras emociones y cuánto debemos trabajarlas, además en que tan humildes somos, en cuánto le hemos creído a él, en cuánto nos amamos a nosotros mismos, y en cuanto amamos a los demás.
Es tan grande en perdón y abarca tanto que también trae a nosotros restauración, esto cuando perdonamos y cuando nos perdonan.
La sanidad está ligada a él, he visto como cuerpos han sido sanos por el Señor cuando al perdonar se ha abierto puertas de legalidad en cada corazón.
Dios no nos ha dejado, su fidelidad se ve reflejada en tantas cosas que nos ha entregado, tener la capacidad de perdonar es uno de los mayores regalos. Sensibiliza el corazón para conocer más de su presencia. Y además nos proyecta como canales de bendición para nuestras futuras generaciones.
Como todo en la vida, perdonar debe ser una decisión, por eso en algunas ocasiones dolerá, es para valientes.
En la vida siempre habrá 2 tipos de personas con las cuales tendremos que ejercer el perdón en todo momento, nosotros mismos y todos los demás.
En conclusión, Dios es amor, y el perdón es una muestra de eso. El amor y la tolerancia hará que vivamos una vida mejor.
No olvides perdonar, es necesario para guardar el corazón del cual mana la vida, y recuerda siempre que los de limpio corazón verán a Dios, y siempre ten presente que Él resiste a los soberbios.
“El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos.” Proverbios 17:9
- Carlos Castillo Aguilar