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El mundo que no ha dejado de ser mundo

Que nivel de normalidad tan alto vivimos hoy en día en cuanto a la maldad, tanto se ha multiplicado que muchas cosas buenas son en estos días llamadas malas, y viceversa. El corazón de miles se han desviado a vivir de una forma loca (literalmente), pero de esto no es nuevo y debería de estar muy claro para los verdaderos cristianos, que no solo viven un dogma religioso, sino que en sus almas está la convicción de llamar las cosas por su nombre, y sobre todo el segundo a segundo establecer un vínculo real con el Señor.

La biblia enseña que Dios no dará por inocente al culpable, y se podría traer al recuerdo muchos otros textos donde es clara la forma en la que Él quiere que nosotros vivamos.

Sin embargo, desde mi punto de vista, hay algo más preocupante a todo lo que sucede y es “perder el amor”, palabras que si analizas cuando dice que a causa de la maldad muchos perderán el amor, es un mensaje enfocado a aquellos que conocemos la verdad, que somos luz, que somos sal, que somos cartas abiertas y que somos peregrinos en esta tierra.

Somos a quienes Dios confió al demostrar el “verdadero” amor a los demás, que llamásemos las cosas por su nombre, y que al igual que Jesús demostremos el amor pero también sepamos decir “vete y no peques más”, tenemos un compromiso alto con el cielo, por esto debemos de buscar ser los mejor hijos, los mejores profesionales, los mejores padres, los mejores ciudadanos, los mejores en todo lo demás en su totalidad.

Que mejor el aprovechar un momento de afecto para demostrarles el amor de Dios a quienes lo necesiten, compartamos el evangelio primeramente con nuestros hechos, luego que sea con las palabras.

Tenemos la obligación de comunicarnos con Dios todos los días, y que a causa de nuestra santidad se refleje el Espíritu Santo, porque es Él quien convence al mundo de pecado.

Hay en nuestro alrededor mucha necesidad del amor de Dios, quizás nos rechacen e incluso quizás hasta nos corten la cabeza, pero sabemos que esta vida no es solo lo que nos espera, hay toda una eternidad con Dios.

Aún es tiempo, debemos correr a predicar del amor de Dios a toda criatura, sembremos su semilla en cada vida, y veremos que muchos hoy esperan ese momento para decidirse por Dios.

- Carlos Castillo Aguilar

¿No decís vosotros: “Todavía faltan cuatro meses, y después viene la siega”? He aquí, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos que ya están blancos para la siega.

Juan 4:35

y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.

Mateo 24:12