Cuando era pequeño y apenas empezaba a entender muchas cosas, de igual forma desconocía tanto, las interrogantes de la vida ya empezaban a desbalancear mis ideas y sueños de una humanidad buena. Pensaba que todo lo que hacía el ser humano era bueno y que no existía la violencia (ignorancia), las noticias me entristecían tanto de ver como entre humanos se estaban matando, recuerdo las imágenes en nuestro televisor (blanco y negro) de personas muertas, y aun en mi edad actual no he olvidado esa escena donde 2 hombres (soldados) cargaban en sus hombros a uno de sus amigos muerto, uno caminaba delante del otro con esa varilla que sostenía las manos y los pies del cadáver. Caras de dolor y de miseria, de hambre, incertidumbre, miedo y engaño.
¿Dónde está el ser humano cuando Dios establece la forma en que debemos vivir?, preferimos culparlo a Él de todas nuestras desgracias, antes que reflexionar nosotros mismos sobre si estamos haciendo las cosas bien. Le exigimos a nuestros hijos ser excelentes en sus estudios y caminar, pero cuando se trata de nosotros lamentamos la vida que tenemos, olvidando que también se tuvo la oportunidad de hacer las cosas diferentes.
Me he detenido a pensar que Dios es verdaderamente inamovible, no se doblega por nada, ni cede a lo que ya decidió hacer, “todo lo que el hombre siembre eso cosechará”. Que frase más cansada, quizás que resuena en nuestros oídos desde que tenemos uso de razón, pareciera que fue creada en el cielo para siempre advertirnos que no hay otra forma de tener buenos resultados en nuestras vidas.
Los líderes cristianos (pastores, políticos, etc.) son atacados con frecuencia y en muchos casos de forma violenta, son ofendidos ellos y sus familias, de muchas formas quienes están lastimados con Dios les ven a ellos como sus representantes, en sus mentes emocionales culpan a Dios y sus líderes por todo lo malo que están pasando o bien vivieron en tiempo atrás.
El Padre de las luces, creador de todo lo que existe ya respondió, antes incluso que fuésemos creados Él diseño una forma de vida sin problemas, ni circunstancias que nos lastimaran, no obstante paralelo a eso nos creó implantando en nosotros la habilidad para decidir si le amamos o no y escoger nuestro propio camino.
Hoy se invierte miles de millones en armamento y a la vez crece la pobreza…no es culpa de Dios lo que hoy vivimos, somos responsable de como administramos todo lo que existe.
Si te das cuenta comprenderás que nuestro mundo tiene todo lo que necesitamos para vivir bien, pero nosotros mismos lo hemos destruido, día con día saboteamos nuestras propias vidas, pensando que nada pasará, pero como lo vivieron los primeros seres humanos sobre la tierra, y lo vivirá el último “todo lo que sembremos eso cosecharemos” esta es la ley creada por Dios para toda la creación.
Carlos Castillo Aguilar