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Disciplina o Depresión

· Liderazgo,Espiritualidad,Cristianismo

Los hijos, para quienes los procrean son una responsabilidad de la cual nunca imaginamos su intensidad, es algo solo para valientes, hombres y mujeres a los cuales Dios les ha dado la dicha de confiarles una de las bendiciones más grandes de esta vida, el formarles para que le busquen a Él, que sean de bendición en su entorno, que cumplan sus propios sueños, es influenciarles para que puedan llegar a vivir en una eternidad con Dios.

Sin embargo, conocemos que el pecado en el hombre le ha discapacitado en mucho el cumplir con esto, la naturaleza caída de cada quien implica que cometerá errores los cuales les afectarán a cada hijo en esta tierra, por eso es que nuestro Dios en su amor y misericordia visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación.

Las circunstancias del pecado, y el estrés incontrolado de la vida hace que en muchas ocasiones confundamos el cómo hacer lo correcto, y eso nos lleva a cruzar el hilo del límite de una correcta crianza y educación a provocar en ellos un alto estrés y depresión, porque pensamos que exigir más de su capacidad va a sacar lo mejor de ellos. Pero no es así, solo estaremos enojando y resintiendo a hijos que cuando tengan el tamaño suficiente se revelarán en contra de todo.

Qué tal si le enseña a sus hijos a identificar sus talentos, y también le es ejemplo sobre el administrar de la mejor manera esas habilidades que Dios les ha dado. No necesariamente se trata de que su hijo sea lo que usted quiere, sino que él mismo pueda desarrollar esas destrezas que ya Dios puso en su vida para bendecirle. Así serán hombres y mujeres que darán muchos frutos.

Reconozca que nuestro creador conoce quienes somos, el acercarse a Él es de sabios, búsquele y pídale que día con día le bendiga, le capacite y le haga ser un excelente padre y madre. No olvide perdonarse así mismo por sus errores y permita que el Amor, Misericordia y Perdón del Padre Celestial active en usted su esencia paternal.

- Carlos Castillo Aguilar