Ante tanta necesidad del Amor de Dios, les comparto la letra de una de las canciones más conocidas del cantante español Marcos Vidal. Esperando cale en su corazón y le sea de muchas bendición,
Buscadme y Viviréis
Marcos Vidal
Cada vez más violencia
más maldad en la tierra
parece que el amor ha muerto y la locura reina sobre la humanidad.
Jóvenes acabados, niños abandonados a precio de placer
y decidiendo solo el interés.
¿Dónde queda la justicia y la vergüenza? ¿Dónde quedan el castigo y la razón?
¿Por qué callas Tú, Señor, y nos olvidas?
¿Cómo puedes permitir tanto dolor?
Dime ¿dónde está aquel Dios, el Dios de Elías que de vez en cuando se dejaba oír?
¿Cuánto tiempo tardará aún tu Espíritu en venir...?
Necios como niños, torpes cachorrillos, como nos gusta jugar y nos gusta preguntar
aquello que hace tiempo sabemos ya.
Dios aún sigue hablando, sigue aun contestando y aquel que quiere oír
aún puede percibir Su voz de amor.
Como puedo derramar Yo de mi Espíritu si mis hijos no se vuelven hacia Mí,
ahora cíñete como un varón valiente,
Yo hablaré y tú me contestarás a Mí.
¿Dónde están aquellos hombres como Elías, que dejaron todo por seguirme a Mí,
que rompieron compromisos con el mundo solo por agradarme a Mí?
¿Dónde están aquellos tres que en Babilonia prefirieron ser quemados a ceder?
¿Dónde está aquel Daniel que me adoraba?
¿Dónde está la santidad de aquel José?
¿Dónde está ese niño que mató al gigante?
¿Dónde están los sucesores de Josué?
¿Dónde están esas mujeres entregadas como Éster?
Jóvenes acabados, niños abandonados a precio de placer
y pagan inocentes los errores de otros en el ayer...
Si Mi pueblo se volviese y me buscase renovando así su entrega y su fe,
si me amasen como aman sus caminos, si olvidasen los rencores del ayer,
Yo abriría las ventanas de los cielos y la tierra hoy vería Mi poder, mientras tanto aun repito como antaño:
Buscadme y viviréis.
Dios nunca nos ha dejado solos, siempre ha sido que nos hemos alejado de Él, buscando en todo momento la vanidad de este mundo, alimentando nuestras necesidades con cosas vanas, que no nos llevan a ningún lado.
Es un excelente momento para volver la mirada a nuestro creador, quien en todo momento está dispuesto a restaurar nuestras vidas.
Carlos Castillo Aguilar